Sobre afrontar cambios y
finalizar ciclos…
Hola de nuevo, bienvenidos a este
espacio de reflexión, o de catarsis, un día muy curioso porque algunos han
tenido la intrépida idea de llamarlo el ultimo día antes del fin del mundo, es
curioso que lo tomemos como juego, que
nos mofemos incluso los más incrédulos tengan abierta la posibilidad de un “fin
del mundo” como lo conocemos. Y ciertamente no me voy a poner a hablar de las
teorías, las profecías Mayas, de la alineación de los planetas, la numerología y
otras cosas místicas que respeto, pero creo fervientemente en la oportunidad
del cambio, todos los días son especiales para gestar cambios a nuestro
entorno. Somos seres en constante movimiento, energía pura esparciéndose en el
espacio, un cumulo de ideales y sueños con ganas de salir y liberarse del
cuerpo ese que es nuestro refugio y al mismo tiempo nuestra prisión, pero ¿Qué
pasa cuando nos quedamos en la famosa zona de confort? Seguramente nos sentimos
protegidos, nada está mal pero tampoco estamos como quisiéramos, nos volvemos
presas de la rutina y cuando pasa algo que cambia nuestra religiosa forma de
hacer las cosas, sentimos que el peso de todo lo que hemos dejado de hacer cae
sobre nosotros y nos abruma. Precisamente a nuestra sociedad actual, les están cayendo
una enorme cantidad de cargas, de cosas que dejo de hacer como fomentar la
educación y el respeto en los jóvenes, dejo de sonreír y agradecer por un nuevo
día, pospuso para otro día las conversaciones en familia y finalmente se acostumbró
a ver escenas de violencia en los televisores y en las calles, y sin imaginarlo
el estilo de vida fue cambiando, porque si hay algo que es inevitable y
constante ese es el cambio. No obstante, vivimos obsesionados con la idea de
que todo mejorara si esperamos pacientes, si nos mantenemos a la expectativa de
que alguien más lo resuelva y así se nos va la vida, esperando queriendo pero
no aceptando el cambio.
Pero volviendo al tema del
fabuloso” fin del mundo” que ha sido más bien mal interpretado, (los
descendientes mayas aseguran que no es más que el fin de una era espiritual),
me encantaría hacer énfasis en que hemos sido testigos de fabulosos
descubrimientos, miles de fenómenos extraordinarios, milagros inesperados y un
sinfín de regalos de la naturaleza, ¿Acaso no es lógico que si alguien nos
regala algo debamos corresponderle? Creo firmemente en que estamos ante una
oportunidad única, (independientemente del día que sea mañana) de ofrecer a la
naturaleza toda esa belleza que nos da día a día, de ofrecer a nuestros
hermanos una sonrisa como señal de agradecimiento por estar frente a nosotros
en ese preciso momento, de regalar a esa persona del espejo que nos ofrece su
cuerpo, amor y cuidado. Todo es parte de todo y cada pieza debe estar en su
lugar, la mente debería poder volar y al mismo tiempo estar abierta a nuevas
posibilidades, creo que el renacer espiritual es mágico y poderoso por sí solo.
El único requisito es deshacerse de las banalidades, de todo aquello que
desequilibra la mente, el cuerpo y el espíritu.
No temas, no creo que el mundo
tenga fin, lo que sí creo es que las bondades de la naturaleza se pueden
transformar en condiciones adversas, podremos convertir el mundo que conocemos en
algo completamente distinto en un mundo que no quisiéramos para nuestros hijos,
si seguimos malgastando todo como hemos estado haciéndolo, si seguimos
desperdiciando incluso nuestros sentimientos, colapsaremos y condenaremos a
nuestra descendencia a vivir deseando morir, a morir sin esperanzas de vivir.
Definitivamente el mundo no
acabará hoy, pero ¿Hasta cuándo dejarás de ser espectador y transformaras tu
modo de pensar? ¿Qué tendría que pasar para que dejaras de ser prisionero y te
conviertas en promotor del cambio? ¿Cuánto tiempo seguirás recibiendo bondades
de la naturaleza sin tu darle algo a cambio?
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